





Tal y como nos recordaba en Twitter mi compañero Francisco Aranguren, recientemente el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, elogiaba la obra literaria de Vargas Llosa con una frase que era reproducción del tenor literal del artículo 148 del Reglamento Notarial al decir que su «estilo respeta siempre tres principios rectores que dominan su escritura, su pensamiento y su vida y que son la verdad en el concepto, la propiedad en el lenguaje y el rigor en la forma«.
Estas son las herramientas con las que los notarios fabricamos nuestras escrituras y -sin entrar ahora (por la puerta de la metacrítica) a analizar la virtudes de nuestro Presidente en funciones como crítico literario- hemos de reconocer que no son muy distintas a las que utilizan los escritores para construir sus obras de ficción; al fin y al cabo, escritores y escribanos, contamos historias.
Obviamente las historias que cuenta el notario son historias reales pero es posible distinguir en la estructura de una Escritura Pública la tradicional partición en tres actos, con un planteamiento (la parte preliminar, la comparecencia y la intervención) en el que el notario nos dice la fecha y el lugar en los que desarrollan los hechos, quienes son las personas que están allí y en concepto de que lo hacen, un nudo (la parte expositiva) en la que los presentes expresan que hacen allí, por ejemplo que uno de ellos es dueño de tal finca, cómo es ésta, qué cargas tiene y que han decidido venderla, y un desenlace (la parte dispositiva) en la se consuma lo que los sujetos han expuesto, uno vende al otro y éste le paga el precio a aquél y el notario (autor de la Escritura) lo autoriza, garantiza la legalidad del acto y da fe de todo lo acontecido.
Jhon Truby, explica en «Anatomía del Guión» que la tradicional estructura en tres actos procedente del teatro convencional y el tradicional cierre del telón al final de cada acto es algo externo a la narración y de la misma forma que no hay caídas del telón ni entreactos en la vida real, tampoco es necesaria esa estructura formal en los guiones, ni en las novelas ni en los cuentos ni en las demás obras de ficción.
Y así, sin ajustarnos a ningún esquema formal, todos contamos historias a diario y (de la misma forma que al notario se le exige verdad en el concepto) la confianza que nuestro interlocutor pone en nosotros se basa en la verdad, si ésta falta, aquélla se quiebra; cuando descubres que tu interlocutor miente, desconfías de él. Y lo mismo ocurre en las historias de ficción, reflejan una realidad alternativa, pero han de ser verdad.
Y con esta idea, de que lo que he estado escribiendo en los últimos meses, es ficción, pero no es mentira, hoy vengo a hablar de ficción; «hoy vengo a hablar de mi libro». En los próximos días se inician las pruebas de maquetación en la imprenta de 6 (de 12) formas de morir en Formentera

6 (de 12) formas de morir en Formentera es el resultado de muchas horas ganadas al sueño; es la primera entrega de un divertimento y un reto en forma de doce relatos de ficción inspirados en los doce meses del año y doce formas de morir y vivir (en) Formentera. Como siempre la realidad supera a la ficción y mucho de lo que cuento (cuento, relato, siempre ficción) ha pasado, está pasando o pasará en Formentera.
6 (de 12) formas de morir en Formentera no es la vida de un notario en Formentera a modo de «Doctor en Alaska», ni trata temas jurídicos, son doce historias, ambientadas todas en Formentera pero, en épocas diversas, desde la Edad de Bronce hasta el Siglo XXV; por supuesto la leyenda de la presencia en la Isla de Bob Dylan, también aparece; hasta hace su aparición en algún momento Don José Cerdá Gimeno, primer Notario con plaza demarcada en Formentera y famoso por sus charlas en la Fonda Pepe con los hippies («existencialistas» dice él, a veces) . No hay nexo de unión en los relatos, aunque en algunos aparece un protagonista común: Josep Ruiz Convalia, conocido también por todos los habituales de la Isla y al que, como a otros amigos, algunos ya ausentes, homenajeo en el libro.
6 (de 12 ) formas de morir en Formentera estará disponible en Julio con los capítulos: Enero Plantas. Mayo Correr. Agosto Balconing. Octubre Terrorismo. Noviembre Mordiscos. Diciembre Eternamente. Cada uno de ellos están escrito en el mes que le da título; creo que cualquiera que viva en Formentera sabe lo que eso implica, aquí el año no se divide en estaciones, sino en estados de ánimo.
Dos fragmentos
OCTUBRE TERRORISMO. Un disparatado atentado en Formentera.
… que Miguel nunca tuvo buena suerte, .. que de alguna forma consiguió vacunarse contra ella y las escasas veces que la fortuna se acercó a su vida fue en forma de leves roces que no le dejaron sino mínimas secuelas, pequeñas dosis de sarcasmo con las que reía en los bares con los amigos cuando recordaba aquellos instantes en que las cartas vinieron bien dadas, como aquel día en que apareció su madre.
Estábamos en Can Toni cuando entró el notario de la Isla, Don José Cerda Gimeno, que le entregó una citación –»traigo una cédula para usted«- para personarse en una Notaría de Madrid donde se otorgaría la partición de la herencia de su madre; como tantas veces nos había dicho de niño, sus apellidos verdaderos -los de mi faMilia, dijo- habían servido para localizarle y encontrarse por fin con su madre, aunque ésta hubiese muerto ya tres meses atrás. Tres hermanos, un piso en el Barrio del Pilar y cinco millones de pesetas en acciones de Telefónica fue el legado de su madre, que…
MAYO CORRER. Un asesinato en la media maraton de Formentera.
…KM10 y siguientes.- León Wasserman era fumador hasta que se cruzó en su camino Dani Serra hace cinco años. Siempre pegado a un cigarrillo contemplaba extasiado la estampa de Dani Serra corriendo una ruta imposible, a primera hora de la mañana pasaba por delante de la tienda en dirección a Es Cap de Barbaria y a mediodía, de vuelta a Sant Francesc adonde regresaba a primera hora de la tarde para desaparecer después, ya anocheciendo, camino de Sant Ferrán de Ses Roques. En verano Dani Serra trabajaba en Can Dani y en invierno corría y un día tropezó con León Wasserman que salía del estanco:
-Dani, perdona, pero tengo que preguntártelo ¿por qué no parás de correr?
-Me preparo para un ultra
-Y eso ¿qué es?
-Me entreno para una carrera de cien kilómetros
-¡Ah! ¿Existen esas cosas?
-Sí, deberías probarlo
-¡No seas boludo, fumo sin parar!
-¡No seas boludo, deja de fumar y pruébalo!
Y León Wasserman dejó de fumar y empezó a correr. Y por eso cada vez que corre la media maratón de Formentera se detiene, casi a mitad de carrera, para dar un fuerte abrazo a Dani Serra que, rodeado de su equipo, aplaude al pie de su restaurante, la primera Estrella Michelin de las Pitiusas, el paso de todos los corredores…
Un archivo con el título 6 (de 12) formas de morir en Formentera y el total contenido de la obra fue registrado en la blockchain de bitcoin el pasado 4 de abril de 2008.






Me tiene intrigada, vaya divertimento de nuestro notario. Lo espero con ganas. ¿Hay sangre y lágrimas? Sudor, ya veo que sí.
Un título muy sugerente, aunque por los textos no parecen tanto formas para «morir» como para «vivir» en Formentera. ¿Se entiende que próximamente habrá otro libro con el resto de las 6 formas de morir?
¡Ánimo con el proyecto!